Multitud de situaciones, de vivencias compartidas y otras experimentadas en solitario ... buenos momentos y otros de los que no te gustaría ni acordarte. Pruebas constantes que aparecen a diario y que no hacen otra cosa que probarte como persona...
Pasado el tiempo, pienso que tenía razón al pensar que no importan las apariencias, no importa el qué dirán, no es relevante lo que otros puedan pensar de ti, lo que realmente importa son los sentimientos, aquellos que puedas experimentar en un determinado instante, hacia una persona concreta, los que pueda sentir hacia ti alguien a quien quieres...
Y finalmente todo se resume en un cúmulo de sentimientos que nos llenan y hacen que caminemos en la dirección que nos marca nuestro corazón, en muchas ocasiones al margen de lo "aceptado como normal" sí, pero merecerá la pena si realmente lo sentimos, si nuestro alma nos pide a gritos que debemos "ir por allí" y no tomar otro rumbo diferente...