Antes eran los padres los que pegaban a los hijos y ahora son los hijos los que pegan a los padres. ¿evolución? Creo que no.
Durante mucho tiempo se defendió que los padres tenían derecho a pegar a sus hijos si no obedecían o hacían algo mal, este mismo derecho también lo tenían los profesores, todo aquel que no se sabía la lección, no había hecho las tareas, suspendía, se saltaba la clases o que no respetase al profesor le esperaba un duro castigo, desde ser pegado con una regla en las manos, hasta aguantar pesados libros con los brazos en cruz de rodillas en el suelo. Y todo esto para evitar que los niños incumplieran las normas establecidas, además de hacerse respetar.
Con posterioridad se vio necesario que esto cambiase, ya que una cosa era el respeto y otra muy distinta era el temor que los niños sentían hacia sus mayores, ya que los asuntos a solucionar tanto en casa como en el colegio se solucionaban de una forma muy poco recomendable, a gritos y a golpes. Por lo que estos niños tan bien educados cuando crecían se convetían en un vivo reflejo de sus padres, que seguían el mismo ejemplo para educar a sus hijos, y así generación tras generación. Inculcando hasta el momento autoridad impositiva, machismo, soluciones basadas en "esto es así porque lo digo yo", y si es necesario pues la violencia de vez en cuando no está de más... valores muy equivocados, según mi opinión.
Hasta que llegó un momento en el que nos dimos cuenta de que el tipo de educación que estabamos inculcando a los niños no era la más adecuada. Por lo que se prohibió que los profesores pegaran y castigaran de forma severa a sus alumnos, y se intentó también que los padres dejaran de educar a sus hjos de una forma tan tradicional, de forma que dejaran de lado la fea costumbre de pegar a sus hijos si hacían algo mal o si desobedecían, utilizando ahora el diálogo y la comprensión para educarles, utilizando algún castigo si fuese necesario pero no violento.
En este momento fue cuando muchos de los padres al no poder volver al modelo educativo represivo de antaño, conscientes de que no era lo más adecuado, pero no teniendo muy claro lo que podían y no podían hacer, empezaron a no marcar límites muy claros a sus hijos dejando un poco la educación aparcada, en la que la permisividad es casi absoluta, y los valores cívicos así como las normas de convivencia se quedan en un segundo plano para que sean éstas inculcadas en la escuela. Por lo que muchos niños viven en el "mundo de yupi", donde las normas no existen para ellos y pueden hacer lo que les apetezca ya que no va a ocurrir nada malo si no cumplen las normas establecidas. Hasta que ocurre.
Ese es el caso de Rafa, un adolescente que no soportaba que sus padres le dictasen normas, que le dijeran lo que podía y lo que no podía hacer. Sinedo capaz de pegar a su padre en una discusión para dejarle claro que el que mandaba en casa era él.
Desgraciadamente el hecho de que los hijos peguen a los padres no nos escandaliza tanto, ya que los distintos medios de comunicación nos hacen llegar noticias como esta, adolescentes y jóvenes son capaces de agredir físicamente a sus padres para mostrar su disconformidad en casa, para hacerse escuchar y respetar por sus progenitores. ¿ Pero es necesario utilizar la violencia para hacerse escuchar en tu propia familia? No lo creo.
No era la primera vez que Rafa agredía a su padre, la sitación era tan insostenible que incluso éste había llegado a amenazar a su hijo con denunciarle si seguía con esa actitud, pero esto no detuvo a Rafa para que siguiera haciendo su voluntad y por consiguiente saltándose las normas de sus padres. No le había denunciado, hasta que en la última discusión volvió a atacarle, su padre no pudo más y al día siguiente fue a la comisaria para que le detuviesen, y fuesen las autoridades las que frenasen de algún modo la situación, ya que ellos no podían.
¿CÓMO SE HA PODIDO LLEGAR A ESTO?
Es obvio, que esta situación no se ha producido de la noche a la mañana, ¿o si?.
La socialización primaria es fundamental en el niño, ya que es en la familia donde se debe empezar desde edades muy tempranas a inculcar a los niños una serie de normas sociales, normas que facilitan la convivencia con los otros, el respeto, la obediencia, los buenos modales, además el apoyo, el cariño, y la compesión tampoco pueden faltar... si este paso se evita o se ignora el niño comenzará a comportarse de manera inapropiada debido a la ausencia de referentes claros en los que fijarse. Cuando sea pequeño desobedecerá, no será ordenado, no hará lo que le manden sus padres, será irrespetuoso... cosas por el momento sin "mucha importancia". Pero el problema ocurrirá cuando empiece a crecer y siga en la misma disposición y lo que haga empiece a ser ya preocupante. Es entonces cuando puede encontrarse en una situación de riesgo.
Es lo que ha ocurrido con Rafa, la ausencia o la escasez de normas, el consentirle demasiado, la gran permisividad, y unos modelos no muy recomendables ha dado lugar a la incorrecta socialización de Rafa.
¿QUÉ HACER?
En esta ocasión, los padres ya deseperados han recurrido a la denuncia para ver si de este modo pueden enderezar la conducta de su hijo. El juez impuso a Rafa 10 meses fuera del domicilio familiar, y ya han pasado cinco meses, dos de ellos estuvo aislado, sin tener contacto con su familia, y los tres siguientes los ha pasado conviviendo con otros adolescentes que al igual que él han agredido a algún miembro de su familia.
Hay dos cosas claras:
- La situación era insostenible y había que actuar.
En esta ocasión se acudió al sistema judicial, ¿ha sido lo más correcto? en mi opinión no ha sido una mala alternativa, siempre y cuando ésta se combine con otras vías como es la educativa.
2. Tanto Rafa como sus padres tienen su parte de culpa en esta situación.
Por lo que habría que trabajar tanto con el menor como con sus progenitores.
Por el momento, Rafa tiene que cumplir la sentencia del juez, le quedan cinco meses, en los cuales deberá aprender a conocerse, a saber lo que quiere y lo que no, el estilo de vida que desea... Es ya un logro el hecho de que Rafa durante este tiempo haya reflexionado sobre lo ocurrido, cosa que no había hecho hasta el momento. Ahora después de cinco meses tiene muy claro que no quiere que vuelva a ocurrir lo sucedido, pero teme que no se pueda controlar y ataque de nuevo a su padre.
Por lo que comenzaremos a trabajar con él a partir de ahí, varias sesiones a la semana con un psicólogo y/o psiquiatra para que le ayuden a conocer cómo empezó todo, de qué manera evolucionó hasta llegar al presente, donde ahora se encuentra, que exprese lo que siente y lo que no siente al respecto... y que empiece a comprender que esto no se puede volver a repetir. Siendo fudamental trabajar el control de las emociones y los impulsos, y hacerle conocedor de otras formas que no son la violencia para resolver los conflictos, como el diálogo, los acuerdos... el educador también estára ahí para trabajar con él, sobre todo esto último, representando situaciones reales en las que tenga que demostrar lo que ha aprendido.
En cuanto al trabajo con los padres es necesario también que de forma paralela éstos reciban sesiones con el psicólogo y el psiquiatra para que puedan conocer la otra parte de la historia, la versión de los padres, además de intentar enseñarles de que manera tratar y reeducar a su hijo, además de educarse ellos mismos porque algo ha fallado , siendo capaces de ver los errores que han cometido y de que modo pueden solucionarlo.
Cabe destacar, que además de las sesiones a las que asisten Rafa y sus padres sería muy conveniente que éstos se empezaran a verde forma paulatina, para que vayan tomando contacto de nuevo el menor y sus padres, para que puedan hablar, expresar lo que sienten, decir lo que piensan... de este modo podrán desahogarse y exteriorizar lo que llevan dentro para poder perdonarse mutuamente.
También sería necesario investigar el entorno de Rafa, su grupo de iguales, sus profesores, otros familiares... para conocer más de cerca el contexto en el que viven las personas implicadas en esta situación. Además de concienciar al resto de la sociedad de que la violencia no es algo que ayude a resolver los conflictos, todo lo contrario, los empeora. Cabe destacar que conforme las sesiones con Rafa y con sus padres se van desarrollando, seria muy conveniente que se empezaran a ver los tres de forma paulatina
Una vez que Rafa haya cumplido la sentencia del juez, habría que realizar un seguimiento de la evolución de Rafa y también la de sus padres para asegurarnos de que todo va bien, en el caso de que vuelva a recaer en la violencia se deberá de seguir con las sesiones anteriormente señaladas, en el caso contrario de momento debemos dar la tarea por concluida con esta familia.
Por lo que comenzaremos a trabajar con él a partir de ahí, varias sesiones a la semana con un psicólogo y/o psiquiatra para que le ayuden a conocer cómo empezó todo, de qué manera evolucionó hasta llegar al presente, donde ahora se encuentra, que exprese lo que siente y lo que no siente al respecto... y que empiece a comprender que esto no se puede volver a repetir. Siendo fudamental trabajar el control de las emociones y los impulsos, y hacerle conocedor de otras formas que no son la violencia para resolver los conflictos, como el diálogo, los acuerdos... el educador también estára ahí para trabajar con él, sobre todo esto último, representando situaciones reales en las que tenga que demostrar lo que ha aprendido.
En cuanto al trabajo con los padres es necesario también que de forma paralela éstos reciban sesiones con el psicólogo y el psiquiatra para que puedan conocer la otra parte de la historia, la versión de los padres, además de intentar enseñarles de que manera tratar y reeducar a su hijo, además de educarse ellos mismos porque algo ha fallado , siendo capaces de ver los errores que han cometido y de que modo pueden solucionarlo.
Cabe destacar, que además de las sesiones a las que asisten Rafa y sus padres sería muy conveniente que éstos se empezaran a verde forma paulatina, para que vayan tomando contacto de nuevo el menor y sus padres, para que puedan hablar, expresar lo que sienten, decir lo que piensan... de este modo podrán desahogarse y exteriorizar lo que llevan dentro para poder perdonarse mutuamente.
También sería necesario investigar el entorno de Rafa, su grupo de iguales, sus profesores, otros familiares... para conocer más de cerca el contexto en el que viven las personas implicadas en esta situación. Además de concienciar al resto de la sociedad de que la violencia no es algo que ayude a resolver los conflictos, todo lo contrario, los empeora. Cabe destacar que conforme las sesiones con Rafa y con sus padres se van desarrollando, seria muy conveniente que se empezaran a ver los tres de forma paulatina
Una vez que Rafa haya cumplido la sentencia del juez, habría que realizar un seguimiento de la evolución de Rafa y también la de sus padres para asegurarnos de que todo va bien, en el caso de que vuelva a recaer en la violencia se deberá de seguir con las sesiones anteriormente señaladas, en el caso contrario de momento debemos dar la tarea por concluida con esta familia.
Al contrario de lo que se puede pensar, este hecho si que tiene solución, pero para llegar a ella TODOS tenemos que poner de nuestra parte y trabajar mucho para conseguirlo, porque parece que la violencia se ha ido generalizado y esto es algo que no podemos consentir.